Luego de un tiempo sin actualizar el sitio, volvemos a la carga. Y como le tocaba a los Ingalls, una de las personas más capacitadas para hablar de ellos es Vanesa Montacuto, (poseedora del sitio Nostalgiosa, donde narra todo lo relativo a la historia real de Jacinta Pichimauida y sus 3 versiones televisivas) quien posee valiosa información esclarecedora sobre esta familia que no sólo ha sido real, sino que... bueno, en fin, léalo y luego me dirá:
¿Quién no recuerda a
aquellas tres alegres niñas bajando una colina de altos pastos, riendo felices
al son de una música al mismo tiempo romántica y pegadiza mientras sus padres
las contemplaban llenos de orgullo y felicidad desde lo alto de una típica
carreta pionera? ¿Quién no recuerda la escena de la más pequeñita de ellas
cayéndose en medio de la tupida maleza y luego tratando de levantarse para
continuar su descenso a pasitos cortos y ya más cautelosos? Nos vienen tres
nombres a la memoria: Laura, Mary y Carrie…Y enseguida agregamos los de sus
padres, Charles y Caroline, los padres que todos hubiéramos deseado tener
cuando chicos. “La Familia Ingalls ”… así
se llamaba en Argentina, la serie que pocos pibes se perdían (en algunos paises
del resto del continente, como México, por ejemplo, se llamó “Los Pioneros” y
en otros “La Casa
de la Pradera ”,
respondiendo a su título original en inglés, “Little House on the Prairie”),
cada tardecita a las siete. Fue televisada en nuestro país por primera vez , no
recuerdo bien si en el año 1977 o 1978, pero yo estaba en primero
o segundo grado de la primaria y el canal responsable de televisarla, era Canal 11.
Cuanta
vez esta serie familiar, ambientada en los años de la epopeya pionera de los
Estados Unidos, fue repuesta, alcanzó un nivel de audiencia muy alto y sus personajes son
todavía cariñosamente recordados por los teleespectadores de casi todos los
países de América.
Fuimos aprendiendo a querer a esos hombres y mujeres tan
vividos, tan llenos de color , en cierto modo tan familiares aunque sus
aventuras se desarrollas en en los Estados Unidos de fines del siglo XIX.


Con
esta fórmula, logró “La
Familia Ingalls ” permanecer en el aire en su país de orígen,
desde 1974 a
1984, manteniendo el record, de forma ininterrumpida, a casi todos los actores
interpretando los mismos roles por espacio de diez años: un show con temática
familiar, que no por escenificar historias ocurridas a fines del siglo XIX
dejaba de ocuparse de temas de candente actualidad como drogas, violaciones,
suicidios, malos tratos a personas de color o culturas diferentes, el creciente
materialismo social, el maltrato físico y moral de niños y la importancia de
los valores de la familia, la religión , la amistad , el patriotismo y la
honestidad.
Esta fue la clave del éxito de esta serie dirigida globalmente por
Michael Landon (con excepción de algunos capítulos que dirigieron Blanche
Hannalis, Victor French, William F. Claxton, Kent Mac Cray, John Hawkings, B.W
Sandefur, Marvin Coil, Gary L. Wohlleben y WInstong Millar). Landon) en base a una idea original de Ed
Friendly, un productor que había comprado íntegros los derechos sobre la obra
de la escritora norteameriana Laura Ingalls Wilder. La especialísima música,
estuvo a cargo de David. P Rose, veterano en esa lides y autor también de la
cortina de Bonanza el éxito anterior de Michael. Y aquí comienza, a
complicarse un poco nuestra historia, porque como siempre sucede en estos
casos, realidad y ficción se mezclaron hasta lograrse un indisociable
pasticcio.
Laura Ingalls Wilder, es la autora de una intersante pero novedosa por
el formato, autobiografía semi-ficcionalizada en nueve libros dedicados a los
lectores más jóvenes. Esta autobiografía, por cierto trunca, porque cubre desde
sus cinco años de edad hasta los primeros años de su matrimonio con Almanzo J.
Wilder (en la serie, interpretado por Dean Butler), recibió el nombre de “Los
Libros de la Casita ”
y comenzaron a ver la luz en los EEUU en plena depresión, en la década del 30. Fueron escritos con el propósito de demostrarle
a los yanquis que habían vivido ya tiempos muy duros en el pasado, pero que
gracias al espíritu bravío e independiente de ese pueblo, habían podido
sobrellevar aquellos malos momentos e ir hacia delante, superando las penurias
económicas siempre.
![]() |
La auténtica Laura Ingalls Wilder. |
Laura Ingalls Wilder escribió aquellos Libros de la Casita a instancias de su hija Rose Wilder Lane, también escritora, a quien le parecía que de las memorias de su madre, podría sacarse algo interesante , sobre todo a nivel político, un terreno en el que Lane incursionaría con notable entusiasmo precisamente desde los años 30’ para tratar de neutralizar todo tipo de colectivismo, que según ella, llevaría a la nación al comunismo más tarde o más temprano y la haría entrar en bancarrota. Laura, ya conocida en su región como autora (vivía en Mansfield, Missouri y escribía para el Missouri Ruralist pequeños artículos poéticos, reflexivos
acerca de la vida de familia, dando consejos prácticos a las mujeres de los
granjeros acerca de cómo vivir cada día con mayor confort e incursionando
incluso en sus memorias infantiles, tema que retomaría en sus lbros), se lanzó
de esta forma al estrellato nacional y bien pronto internacional, ya que sus
nueve libros autobiográficos se tradujeron a varias lenguas. Lamentablemente en
nuestro país no es posible conseguirlos y quien esto escribe sólo tuvo acceso a
la edición norteamericana.
Laura Elizabeth Ingalls nació el 7 de febrero de 1867 en Pepin, Wisconsin, y falleció, dejando tras de si una fama imperecedera y bien merecida, el 10 de febrero de 1957, a dos días de haber cumplido unos muy juveniles 90 años, pues ella fue siempre una mujer muy movediza, independiente e intelectualmente inquieta. Sus libros la sobrevivirían por siempre, y comenzaron a publicarse biografías acerca de ella y su familia siendo las más conocidas las de Donald Zochert, William T. Anderson y John Miller. También su hija Rose Wilder Lane mereció los honores de una investigación biografica por parte de Williams Holz. Hay vasto material acerca de la ya casi mítica familia Ingalls, e incluso a los libros de origen de Laura, se han sumado otras series de libritos dedicados a las mujeres de su rama como protagonistas cuando eran niñas. Así podemos encontrarnos con Los años de Martha (Martha Morse, la bisabuelita escocesa de nuestra heroína), Los años de Charlotte (Charlotte Tucker, hija de la anterior y madre de Caroline), Los años de Caroline (Carolina Quiner, la famosa madre de Laura) y finalmente, Los años de Rose (la hija rebelde y bastante excéntrica de Laura).
En
los nueve libros originales de Laura Ingalls se basó Michael Landon para poner
en marcha la filmación de su serie, que comenzó con una prueba piloto para testear
la respuesta del público , el 30 de marzo de 1974: la película para TV que
tomaba como modelo el segundo libro de Laura La Casita de la Pradera, que
cuenta acerca de la fallida instalación de nuestros viejos conocidos en Kansas,
tierra de indios Osages, que deben
abandonar por orden del gobierno, para luego, ahora sí, dandose inicio a la
serie de TV propiamente dicha, fijar su destino en Walnut Grove, un pequeño
pueblo de Minnesota que llegaran a amar entrañablemente y en el cual harán
muchos amigos duraderos. Sólo lo abandonarán en un momento de grave crisis
económica en la quinta temporada (1978) cuando se afinquen en Wynoka,
inexistente ciudad del territorio de Dakota donde trabajarán en un hotel, y lo
más importante de todo, trabarán relación con el pequeño Albert, un niño de la
calle a quien acabarán llevándose con ellos de regreso a Walnut Grove y
eventualmente adoptándo.
![]() |
Nellie Owens. |
Más avanzada la serie, y ya incorporados también a la
familia otros dos huérfanos cuyos padres murieron en un accidente, James y
Cassanda Cooper, los propios Charles y Caroline dejarán atrás definitivamente
Walnut Grove por Burr Oak, Iowa (1982), vendiendo la “casita de la pradera” a
una tal familia Carter, que no gozó de las simpatías del público y determinó el
fracaso de la última temprada de la serie. Laura, su marido Almanzo, la pequeña
Rose y la adoptada sobrinita Jenny, deberán dejarlo forzosamente en la película
con la que se dieron por finalizados aquellos diez años de “familia Ingalls”:
El último Adiós, el 6 de febrero de 1984, ya que una compañía minera se
declaraba dueña del pueblo y sus habitantes tomaban la decisión de dinamitarlo
íntegro, un final muy discutido, pues matar a Walnut Grove no parecía ser la
forma más conveniente de terminar la serie. A muchos les dolió como si hubieran
perdido a un hijo o a un hermano.
Así se
acababa aquella saga de desastres naturales y economicos, enfermedades, muertes, incendios, noviazgos rotos, cosechas
perdidas, ilusiones rotas y lucha por sobrevivir el día a día, sin perder ni la
fe en Dios, ni en los amigos, ni en la familia. Es cierto que a esta serie se le
reprocha el ser demasiado trágica, pero quienes así lo hacen, no deberían
olvidar que tiene el justo balance entre el drama y la comedia…Como la vida
misma, bah. Una buena broma del inefable señor Edwards podía borrar de un
plumazo las lágrimas causadas por una tormenta de granizo que diera al traste
con el sembradío de maíz, y una metidita de pata de la señora Oleson, cuando no
una respuesta de su marido a ese dardo envenenado que la dama tenía por lengua,
una broma de Albert o una deliciosa venganza de Laura dedicada a Nellie, tienen
el poder de arrancarnos carcajadas cada vez que reponen la serie, aunque nos
las conozcamos de memoria.
![]() |
Las auténticas Laura, Mary and Carrie. |
Otra critica que se hace a los Ingalls,
y yo creo que esta es la de mayor seriedad, la más justificada, es que no ha
permanecido fiel a los libros originales de la autora. Ya sabemos que es cosa
corriente el que las películas, obras de teatro o seriales de televisión no
sigan al pie de la letra el material escrito en el que se inspiran…pero en este
caso, los cambios fueron demasiado notorios. Cuando hacia la adolescencia, leí
en la presentación de la serie, que ese programa que tanto me gustaba estaba basado en los libros escritos por
la verdadera Laura Ingalls Wilder, me dije a mi misma que los conseguiría para
poder leer las aventuras de Laura, Mary, Albert, Harriet, Pa, Ma y el señor
Edwards. No se conseguían en Argentina, pero una vez, en una librería que traía
material en inglés y francés, encontré un librito de fotos de Laura, su familia
y los sitios donde ellos había vivido..y lo compré. Yo tenía entonces 20 años.
Tuve bastante suerte, porque el libro traía las direcciones de los museos dedicados a Laura en cada
emplazamiento donde ella y los suyos se afincaran y escribí a todos ellos
pidiendo información acerca de los famosos "Libros de la Casita ”…Todos me
respondieron y me mandaron los catálogos con los precios de cada uno de ellos,
otros objetos y publicaciones dedicadas a Laura y su entorno y comencé a
encargarlos al correo. En esos tiempos, esos libros eran más baratos que los
que se publicaban aquí, y no había problemas con la aduana para pedir material
de lectura al exterior. Entonces, me resolví en primera instancia, a pedir el
set completo de los 9 libros
autobiográficos de Laura, varias pequeñas publicaciones acerca de su vida y su
obra y una biografía. Y el impacto fue muy grande, porque si bien la historia
de los Ingalls era incluso más interesante que la que se veía en TV y a partir
de esas lecturas me hice una verdadera seguidora de esta saga, los hechos
televisados se correspondían bastante poco con la realidad.
A
muchos les dará bastante tristeza enterarse de algunos detalles históricos, como
me la dio a mí…Viene el primer golpe: Albert nunca existió. Era un
personaje totalmente ficticio, de modo que las especulaciones del público
acerca de si murió o no de leucemia son totalmente retóricas. Los actores del
ciclo, aseguran que él efectivamente
murió, pero que aquello de su regreso a Walnut Grove para convertirse allí en
un gran médico, se debió solo a que los
co-autores del libro para TV, simplemente se olvidaron de tal aseveración cuando
decidieron “matar” a ese personaje tan
querido. Fue apenas una falta de coordinación de los libretistas. ( Y por otra
parte..¿A qué pueblo iba regresar Albert a ejercer la medicina si Michael
Landon decidió dinamitarlo, es decir, hacerlo desaparecer al fin de la serie?).
Pero tampoco existieron James y Cassandra, los otros dos hijos adoptivos, la
terrible y psicopática Nancy, con quien se intentó reemplazar a Nellie al
momento de salir esta del programa, Hester Sue, Joe Kagan y el Doctor Baker.
Laura habla en varias oportunidades de un médico en sus escritos, pero lo
cierto es que no le da nombre.
![]() |
Los auténticos Ingalls. |
Tampoco hubo una familia Garvey en la historia y
si bien el sr. Edwards no es un personaje inventado, estuvo muy lejos de tener
el protagonismo que la serie le asigna en la vida de los Ingalls. Este
hombrecito algo rudo, según la propia Laura de apariencia menuda y que se
autodefinía como “el gato montés de Tenessee”, aparece pocas veces en el
transcurso de los 9 libros de Wilder, siempre de paso y como protagonista de
escenas jocosas y a veces violentas. Tiene más espacio en el segundo de los
libros de nuestra heroína: La
Casa de la
Pradera . Sabido esto, borremos también de la lista a Grace Snyder,
John, Kart y Alicia Sanderson…Por suerte, la señorita Beadle si tuvo existencia
real, así como el Reverendo Alden, pero éste era un hombre bastante joven
cuando le tocó oficial para la Iglesia
Luterana de Walnut Grove. Según sabemos, murió en 1911.
Sin embargo, no son éstas las únicas diferencias entre la vida real y la
serie de televisión. Creo que la principal es que la familia no vivió casi toda
su vida en Walnut Grove, sino que estuvo alli tres años primero, luego, a causa
de una invasión de langostas que hizo perder todas las cosechas de la región,
Charles y los suyos se mudaron cerca de un año a trabajar a un hotel, en Burr
Oak, Iowa, donde sucedieron muchas de las historias que Michael Landon sitúa en
Wynoka, incluida la del incendio del “saloon”, luego regresaron a Walnut
Grove, quedándose allí un año y algo más y en vista de que la situación
económica no mejoraba, se trasladaron al área de De Smet, territorio de Dakota.
El hogar definitivo de Charles, Caroline y sus hijas (salvo de Laura, quien
siete años después de nacer Rose compró tierras en Manfield, Missouri, donde
vivió el resto de sus días) fue esta última población, de la que figuran como
una de las familias fundadoras y donde Laura conocería a Eliza Jane Wilder y a
su futuro marido, Almanzo.
![]() |
La auténtica Mary. |
Tal y como se lo señala por TV, Mary sí pierde la
vista, pero en circunstancias muy diferentes a las mostradas por Michael
Landon: fue como consecuencia de una fiebre muy alta, posiblemente de origen
meningítico. No hubo una pérdida
gradual de visión a través de los años, sino que la cosa se dio en cuestión de
días. Lo último que Mary Ingalls vio en vida, fueron los ojos azules de Grace.
Nunca pudo volver a ver, aunque distinguía luces de sombras y la luz directa la
molestaba mucho. Efectivamente fue a la escuela para ciegos de Vinton, Iowa,
donde pasó nueve años y se graduó con muy buenas notas, pero no abrió ningún
instituto para invidentes ella misma, ni se casó. Se quedó a vivir con sus
padres, hacía las tareas del hogar, tocaba todas las tardes su órgano – la
familia hizo sacrificios para comprarle uno – escribía poesía y prosa poética y
enviaba muchas cartas a sus antiguos compañeros de Vinton. Jamás se quejaba,
era muy religiosa y llevaba la vida casi de una santa. Por descontado, no hubo
ningún Adam Kendall, no tuvo la pobre Mary, un aborto espontáneo, ni perdió a
su hijo en el cruel incendio de pesadilla que pone la carne de gallina de todos
los seguidores de la versión televisada de su vida. Carrie, un personaje
tremendamente infantilizado en la serie, fue la fiel compañera y amiga de Laura en los años
en los que Mary estuvo estudiando en Vinton y tuvo mucho protagonismo en los
libros de su hermana. Se trata de un personaje muy interesante. Fue periodista
en el área de De Smet, quiso ser “pionera” ella misma y se estableció en una
muy precaria cabaña en la pradera para que luego de cinco años de permanencia,
como rezaba la ley, se le diese posesión de tierras para cultivar. No le fue
posible, en razón de su precaria salud y la repercusión que en ella tuvo el
crudo invierno de Dakota. Se casó a los 42 años y murió muy anciana, al
contrario de Mary, que falleció de un accidente cerebro bascular a los 68
años. En una palabra; su personaje no se parece en nada al de la niña media
tonta y estorbona que nos muestra La Familia Ingalls . Solo la
separaban tres años de Laura.

Por último, y para no estarnos aquí enumerando diferencias y similitudes,
voy a cerrar con el personaje de Eliza Jane Wilder, maestra de Laura en De
Smet, quien es mostrada en La Familia
Ingalls como una estúpida y miedosa solterona, toda
remilgues. La verdadeta Eliza Jane, por cierto, se casó tardíamente, habiendo
pasado los 40, pero era una mujer valiente, que, como Carrie, se anotó en las
oficinas del gobierno para que, luego de cinco años de ocupar unas tierras y de
construirse allí una cabaña, se le diese la posesión efectiva de esos terrenos.
No lo consiguió a causa de las malas condiciones climáticas con las que debió
lidiar. Yo no comulgo con esas doctrinas, pero hay que señalar que Eliza Jane
fue una convencida feminista y socialista, una luchadora y la serie de tv la
presenta bajo luces muy diferentes. Hay que decir, sin embargo, que Eliza Jane fue una muy mala maestra. No daba clases
por vocación, sino para automantenerse y como era muy seguidora de las
doctrinas modernistas, no estaba de acuerdo con gritar ni castigar a los alumnos…pronto
no pudo controlarlos y, al parecer, los miembros de la junta de padres le
pidieron la renuncia, porque ya no se podía estudiar en su salón y ella a duras
penas era capaz de hacerse oír. Se llevaba muy mal con su cuñada Laura Ingalls
e incluso siendo su maestra, la tomó de punto. En la serie, se ve que ambas se
adoran. Eliza Jane Wilder se casó con un tal Mr. Thayer, se mudó a Louisiana,
tuvo un hijo, Wilder y falleció a los
80 años, sumida en la pobreza.
Como se verá son muchas las diferencias entre la “verdadera” historia de
Laura Ingalls Wilder y su ficcionalización por parte de Michael Landon. Debo
reconocer que para mí, al igual que para muchos seguidores de la serie, fue una
verdadera decepción enterarme de que muchos de los personajes y situaciones a
los que había llegado a amar jamás habían existido. Y lo más triste de todo es
que no tengo idea de por qué Landon eligió ese camino, porque si bien se suele
decir que uno “le agrega detalles” a una historia televisada para hacerla “más
rica” fue exactamente lo contrario a lo que logró él. Muchas de las situaciones
de la vida real de la familia Ingalls son, por lejos, más interesantes que las
ficcionales y por eso recomiendo a quienes estén aquí dedicándole su tiempo a
digerir estas líneas, que se procuren los “Libros de la Casita ” y biografias sobre
los Ingalls –Wilder porque van a descubrir un mundo nuevo.
Conozco a más de un purista cultor de los libros , que ni mira la serie
de TV y la desprecia por falsa y fantasiosa; conozco también fanáticos de esta
última que no se interesan en la vida de Laura y hasta dicen que los tiene sin
cuidado…Yo estoy en el bando de quienes, aún suspirando porque Landon pudo
hacer algo mejor, no podemos resistirnos al encanto de esas tres niñitas
inocentes que bajan corriendo la colina al son de una música entrañable. La Familia Ingalls es un clásico
que le da lucha al paso del tiempo y aún para quienes sabemos diferenciar entre
la vida de la verdadera Laura y la ficción televisada, seguirá siendo un
fragmento de ternura en el rinconcito más cálido de nuestros recuerdos.
Vanesa Montacuto
Chaminaud.
(Foto portada: de la web.
El resto de las fotos han sido facilitadas por Vanesa Montacuto)
![]() |
Publi Retro: Promo Tato Bores siempre en domingo, revista Radiolandia 1964. |