29/12/10

"HIRVEN" LOS RECUERDOS (Nota a Palmiro Cavallasca)



Hablar con Omar Lefosse es hacerlo con Palmiro Cavallasca. Tras casi dos horas y pico de mate, junto con Marisa realizamos esta nota (ver primera parte en http://elayervuelveami.blogspot.com/2010/12/tenes-un-geniol.html ) y la gran sensación es que hablando con él, uno puede sacarse varias dudas que siempre giraron en torno a esta inolvidable telecomedia de los años '80 escrita por Don Abel Santa Cruz y emitida por ATC en 1983 y luego por Canal 9 con el nombre de "Séptimo Grado... adiós a la escuela". Compartimos entonces la segunda parte de esta nota a Omar Lefosse "Cavallasca":
M: ¿Se llevaban bien o grababan y se iban?
O: Cuando grabábamos éramos amigos y cuando terminábamos nos íbamos porque yo vivía en Aldo Bonzi, tenía dos horas de viaje. Eran jornadas muy largas. Así que nos juntábamos los fines de semana. Yo me juntaba con Cirilo, Siracusa y Anselmi.

M: ¿Cómo era Cristina?.
O: Dos capítulos grabábamos por día, desde las 12 del mediodía hasta las 10 de la noche, la veía más a ella que a mi vieja. Cuando nos despedimos, ell me firmó una foto que dice “para mi cuarto hijo” o “para mi hijo de la vida, te quiero mucho, tu segunda mamá”. Yo le iba a poner “mi segunda mamá” pero se me adelantó. Tenía 13 años y ésa era la imagen que ella nos daba. Nos ayudaba cuando nos equivocábamos, venía al camarín, estudiábamos la letra. Era macanuda, laburaba muy bien. Lo mismo Romualdo Quiroga. Con Efraín (Héctor Fernández Rubio) hasta el día de hoy nos hablamos por teléfono.

G: ¿Te llaman de la tele?
O: De Anabella, me llaman pero no pagan, hay que ir gratis. Lo mismo mi viejo, hasta el día de hoy sigue yendo a cástings, él me lo cuenta y yo ya me despegué de eso. La vez pasada me dijo “voy a lo de Anabella”. Le pregunté de qué iba a hablar y me dijo que de su profesión de extra y todo eso. Mi viejo aparece en la película “Pelota de Trapo” (nos muestra el afiche), trabajó con Toscanito, y en las de Olmedo y Porcel. Entonces le volví a preguntar en carácter de qué iba y me dijo “como el papá de Cavallasca”. Le dije que tenía que ir por él, no por mí. Dicho y hecho, fue y dijo que era mi viejo. Media hora antes de salir al aire, el remise estaba ahí. Antes de salir me dijo que les había contado en las películas en que había trabajado y que al final “les dijo”. “¿Qué les dijiste?”, le pregunté. “ Que era el padre de Cavallasca”. Bueno, me pareció bien porque era algo que sumaba. A la media hora lo llamo y le pregunto qué pasó, que al aire no estaba, Me dijo que el productor le había pedido que fuera conmigo, la nota se la daban pero tenía que ir yo. Es decir, le pusieron esa condición. Le dije a mi viejo que lo conveniente hubiera sido decirlo pero en medio de la charla con Anabella, pero que fuera por él, y no por mí. Entonces le pregunté que hizo y me respondió : “yo me planté, le pedí una luca para mí y tres lucas para vos, Si quieren que venga con Palmiro (porque mi viejo me dice Palmiro) nos pagan esto”. Claro, el productor le dijo “un gusto conocerlo, pero acá no se le paga a nadie”. Le dije: “gracias papi me hiciste quedar para la mierda” (risas).

M: Omar, ¿el que está en Facebook como Palmiro sos vos?
O: No, no sé quién es ése. Y hay uno que dice ser el verdadero. Por ahí es alguno de los anteriores, no sé.

M: ¿Y es parecido a vos?
O: No, nada que ver. El primer Cavallasca tendrá que tener ahora 56 años. El segundo, 47, 48 y yo tengo 41.

M: ¿Y qué pasó con el material? ¿quién lo tiene?.
O: Según me dijeron, hay cosas rescatadas de Estrellas Producciones. También dijeron que supuestamente, cuando Sofovich agarró Canal 7 borró para usar las cintas, pero no creo que Sofovich haya hecho eso, es imposible, él es del palo. Después dijeron que está todo en México. Abel Santa Cruz era el autor y cuando él falleció, la mujer vendió los derechos de Jacinta Pichimauida a Televisa de México. Entonces parece que Estrellas Producciones había comprado algo.

M: ¿No te gustaría tener el ciclo para verte?
O: Y sí, pero es jodido tener el ciclo entero. Bah, los dos ciclos porque después fuimos a Canal 9.

G: Claro, “Séptimo Grado, adiós a la escuela”
O: No fue un fracaso, pero yo estaba muy grande. Fue a mediados del ’84 y terminó antes del ’85. En ese transcurso vamos a Perú. Fue volver a la tele, me acuerdo que estaba en Canal 9 y me preguntaban “¿vos vas a hacer de Palmiro Cavallasca?”, Y yo les decía: “No, yo ‘soy’ Palmiro Cavallasca” (risas). Me acuerdo del primer bocadillo mío, tenía que decir la frase “me hirve la cabeza”. Y no me salía el bocadillo y ahí tenía que agarrarme la cabeza con una sola mano, ya no estaba Marta Reguera, el director era Eliso Nali y como había una sóla cámara, me decía que tenía que agarrarme así porque la cámara me enfocaba. Después volvió Marta Reguera y dijo “¿qué pasa acá?”. Estuvo un par de meses y se fue.

G: Ah, volvió Marta…
O: Sí, pero la mano había cambiado. No había padres, éramos todos chicos.

G: O sea que Romualdo Quiroga no estaba…
O: No. Nosotros estábamos contentos que volvíamos a la tele, y en un momento estábamos estudiando, teníamos como tres libretos adelantados. Yo me “pongo de novio”, bueno ésa era otra, “ponerse de novio”, “noviazgo”… Uno se podía poner de novio pero con alguien que estaba allí, del grupo, pero no, inventaron un almacén. Voy a comprar y me gusta la que atiende el almacén. Pero eso ya parecía más de adultos, no de chicos como veníamos haciendo. Entonces voy a “comprar queso”, y la otra me dice “¿qué queso querés?” (hace la gesticulación)

M: ¿Qué actriz era?
O: No me acuerdo el nombre, tengo una foto pero no me acuerdo el nombre. Y me dice “bueno, tenés queso de acá, tenés éste, ¿querés probar un poquito?” (hace el tono de burla) y yo decía “siii, cómo no” (risas). Y nace como un romance.

M: No me acuerdo de eso…
O: Mejor, ¡ fue horrible!. ¡Que nadie llegue a conseguir eso!. Y apareció un hermano, que dijo: “¿qué pasa?”. Yo dije: “nada, me estaba atendiendo”. “Ah, porque los veía cerquita”, dijo él. Entonces, armaron la historia. Luego el hermano, que era re cuida, se juntó con una patota para pegarme. Fue la primera vez que hicimos exteriores, fue en una plaza cerca de Canal 9, por Dorrego. Yo llevaba una camisa blanca. Bueno, me dicen que va a haber una pelea, me pidieron que pareciera real, yo pregunté “¿me van a fajar en serio?”. “Uh, va a haber chocolate”, me decían. “Chocolate” significa cuando hay sangre. Entonces vengo caminando, se me vienen los tres al humo y yo jamás le había pegado una piña a nadie. Bueno, me tiran al piso, hay un primer plano con mi cara y el flaco que me va a pegar con un tronco. Y termina ahí con Jacinta en el plano diciendo: “¿qué habrá pasado con Palmiro?. ¿Estará vivo?” (hace la imitación)
Y de pronto me dicen “va a volver Romualdo Quiroga”. Claro, era mi “viejo” y alguien me tenía que cuidar, por eso tenía que aparecer de nuevo.


  Imágenes de la revista "Tv guía" del ciclo "Séptimo Grado",  realizado en 1984

G: Lo tuvieron que convocar…
O: Claro. Nosotros, cuando terminamos el programa, continuamos haciendo teatro, íbamos por los barrios, pero antes de terminar “Séptimo Grado…” ya estábamos haciendo teatro, entonces la gente no entendía cómo habían pegado un troncazo en la cara y en el teatro me veían bien y me preguntaban: “Palmiro, ¿cómo estás?” y nosotros respondíamos que eso era algo “del otro programa” (risas). Bueno, yo estaba contento que volvía Romualdo Quiroga, tenía los tres libretos estudiados y me paró Alberto Marchi, que era un productor, me dijo que vaya a maquillaje, y que los libretos habían sido cambiados por cuatro hojas. Tres libretos enteros habían cambiado por cuatro hojas. Le pregunté qué pasó y me dijo que el ciclo se levantaba. Entonces no hizo falta que volviera Romualdo Quiroga. El programa había terminado un viernes con mi cara golpeada y volvió un lunes, estando sentado en mi casa con Anselmi y con una curita nada más. Ya había pasado tiempo desde la paliza, así que me quedé sin novia y sin viejo (risas).
G: ¿Y por qué terminó?
O: En ese momento Jacinta estaba con cara de culo, Efraín también, y nosotros íbamos a preguntarle a Jacinta. Nadie me lo supo explicar. Con el tiempo me enteré lo que pasó. Cristina se peleó con Romay porque en el patio estaban muchos chicos, algunos hablaban y otros no. Entre los que no hablaban había entrado uno de los hijos de Romay. El chico había entrado al vestuario, se puso camisita, corbata y fue al patio. No sé cómo se enteró Cristina y se enojó porque el chico se había puesto solo y lo hizo sacar. Ahí vino el problema y se levantó el ciclo. No me acuerdo del final, habrá sido muy malo para que no me acuerde.

G: Recuerdo que ustedes se despiden llorando y vos le decís que la van a visitar y ella te contesta que al principio sí, pero que luego cada uno irá por su lado.
O: No me acordaba. Sí del primero, ése me acuerdo patente, porque era la presentación…. Estaba la voz del locutor que decía “y ahora vamos a conocer al alumno Palmiro Cavallasca” y aparecía Romualdo Quiroga en el taller, yo me olvidaba la letra y él me decía “vos tenés que hacer de burro, mancharte con grasa cuando venís al taller”. Me decía “no te pongás a llorar porque te voy a dar una que te va a hervir la cabeza de verdad” (risas). Era duro Romualdo pero aprendí. Me hacía reír mucho.

M: ¿Y te quedó merchandising?
O: ¡Ah, qué palabra jodida la tuya!. En ésa época no se decía así (risas). Creo que había pero trucho, no tanto legal. Lo que sí estaba era el álbum de figuritas y los discos. Sacamos dos, uno marrón con la cara de Cristina y otro donde estamos en una pileta. Yo no quería saber nada con la pileta, tenía complejo de gordo (risas).

G: ¿Lo de la pileta adónde lo hicieron?
O: En Parque Norte.

G: Creí que era un anticipo de alguna versión veraniega como se había hecho en el ciclo anterior…
O: No, lo que pasa es que coincidió la presentación del disco cuando fuimos a hacer la temporada en Mar del Plata.

G: ¿Asistía a las grabaciones Don Abel Santa Cruz?
O: La obra de teatro la había escrito él y fue los dos primeros días. En la televisión, fue dos días. La idea era de él pero lo escribía otro.

G: Claro, la historia es real.
O: Sí, eso decía.

G: Está editado en un libro llamado “Cuentos de Jacinta Pichimauida”, y relata las aventuras de sus compañeros en torno de Jacinta que fue real.
O: Sabía lo de la radio, y cuando estuvo en la revista Patoruzú.

G: Con el correr de los años da la sensación que muchos de ustedes (no es tu caso) le escapan a los reportajes y se dice que la actitud de Lucía Puenzo influyó en ello al publicar el libro de “La Maldición de Jacinta Pichimauida” en donde utilizó notas realizadas a ustedes.
O: No, la molestia vino por eso, porque ella dijo “que nos había entrevistado” y no nos hizo ninguna nota, no habló con nadie. Ella se metió en una editorial y empezó a utilizar recortes. Una vez salió en Clarín diciendo que se basó en hechos reales y conmigo no había hablado nunca. Pasó un tiempo y me dijeron que en el libro se hablaba de mí, diciendo que yo era remisero… después confundió a Graciela Cimer con la Etelvina nuestra, Laura Tuny. Cimer fue la Etelvina del ciclo anterior y ella daba a entender que había actuado con nosotros. Luego habla de la muerte de Cristina, la muerte de Martín, que era un compañerito nuestro y murió en un accidente automovilístico. Ella confirma que Cirilo y Siracusa fueron a robar… Ahí aparecí de nuevo en la tele, cuando fue lo de Cirilo y Siracusa.

M: ¿Ah si?
O: En ésa época yo vivía en el kiosco y no quería salir cuando vi los móviles de Crónica y de otros canales. Pero uno entró y me enganchó. Fui a lo de Mauro Viale, que ya me conocía de la otra época y Mauro, conmigo, diez puntos. Fue muy respetuoso y me dijo las preguntas que me iba a hacer y que no iba a sacar nada de contexto. Cuando sale Cirilo nos avisaron a Efraín y a mí para “recibirlo”.

G: Ahora está libre ¿verdad?
O: Sí, pero no lo ví más. Lo fui a buscar pero desapareció. Cuando vino el corte le dije “negro vení acá. Contame la verdad yo no voy a decir nada. Él estaba muy perseguido creyó que la cámara lo seguía. Le pregunté por qué se comió tres meses si no había hecho nada. Entonces Cirilo me dijo “¡qué buena pregunta, hacémela!”. Cuando volvimos del corte, le pregunté y me dijo “ah, no te lo puedo contestar”. Hasta ahí yo ponía las manos en el fuego por el negro pero después me empecé a correr. Luego la llamé a la mamá, se había mudado. No supe nada más, antes el hermano lo defendía a muerte y después no lo defendió más.

M: ¿Volviste a ver a los chicos?
O: No…tenía los celulares de algunos… al último que vi fue a Cirilo en el caso que te contaba, a Fernando (Florentín) que se casó con Bibi (Andrea Rodríguez). A Graciela Clusó la vi en un reportaje y ella decía que “era actriz”. A Etelvina cada vez que la veía le preguntaba cuándo sacaba el disco porque nos encontrábamos con varios una vez por año, siempre había al menos un reportaje por año y le preguntábamos y nos c… de risa.

M: ¿Era similar al personaje de Etelvina o nada que ver?
O: No, nada que ver. Era diez puntos. Lo que pasó es que el trato que teníamos todos en el programa se desfiguró cuando tuvieron diez o quince años más. La esperanza que tengo es si la veo a Gloria Carrá, podremos estar abrazados un año y medio. Vos ves los recuerdos y las cosas que te escribían, por ejemplo “te quiero sos mi mejor amigo, te recontra quiero y te quiero y te quiero”. Con Gloria había otra cosa, ¡no amor eh!, sino amistad. Hacíamos trabajitos con ella fuera del programa, por ejemplo una propaganda para Billiken, la madre de ella tenía experiencia y ayudaba.

M: Y la publicidad aquella en la que empezabas las clases con tu hijo…
O: Yo estaba manejando un remise, cuando me llamaron de una productora y me dijeron: “nos gustaría que hicieras una publicidad”. Ya me la veía venir, les dije: “a ver, sorprendeme, tengo que hacer de… “. “Cavallasca” dijo ella. Pero ya habían pasado 17 años, y la verdad, no me calienta hacer de Cavallasca hasta que me muera. Es más, estaría bueno que nosotros hiciéramos de padres de nuestros hijos en la escuela, eso estaría bueno. Bueno, entonces la productora me dijo: “Esto transcurre en un Supermercado, que sería Norte/Tía, y comprando una línea de equis productos, esos productos tienen premio como ser mochilas, bicicletas, útiles, guardapolvos, etc. La idea es que entres vos, serías Cavallasca e irías de la mano de un nene que es supuestamente tu hijo”. Y ahí me iba gustando más, me iba contando y se me caían las lágrimas

M: Que lindo momento…
O: Entonces, me dijo: “Dada la posibilidad que los premios están buenos, a vos te pica el bichito y querés terminar el colegio”. Me senté entre varios pibes, la maestra pasaba lista y de pronto dijo “Palmiro Cavallasca”. Y yo con mi voz digo: “Presente señorita”. Tenía pelo largo y chiva y me hicieron afeitar. Después me llevaron a una peluquería. Me hicieron un buen arreglo. Y aparecí mostrando los premios, cuando el locutor decía que se podían ganar una bicicleta, aparezco encima de la bicicleta y el efecto con el humito como que la había reventado (risas). Después decían que podían ganar una computadora, y estaba mi hijo tocando el Mouse y yo aparezco con una ratonera y la pongo en el Mouse. Entonces después acariciaba la cabeza de mi hijo y remataba diciendo “por eso papá y mamá me decían que terminara el colegio”. Era simpático el aviso, porque yo lo acompañaba hasta la puerta a mi hijo y me imaginaba que estaba dentro del aula… Gracias a ese aviso estuve en varios programas haciendo el “chivo”.

G: ¿Por qué no estuviste más en la tele?
O: Me lo explicaron cuando buscaba representante. Me dijeron que yo había sido Cavallasca, que fue un éxito y que debía ir a Suar o a Tinelli, que en ese momento estaban convocando figuras de antes. El problema es que fui a Ideas del Sur, todo muy lindo, pero en la recepción estaba una piba de veinte años. Yo, con cuarenta. Andá a explicarle a una de veinte quién sos… Y esa cosa de andar explicándole no me iba, lo hice. E insistiendo, lograba llegar pero me trataban como un actor que buscaba trabajo y yo quería hablar con alguien de más arriba, que me conociera. Yo no quería un rol protagónico pero sí la posibilidad de hacer un personaje. Me llamaron a los pocos días y me dieron un bolo para Son Amores. En principio le iban a dar tres bocadillos a uno y tres a mi y decidieron darme los seis bolos a mí, se ahorraban un actor. Hasta ese momento los que estaban ahí no me conocían. Entró Miguel Angel Rodríguez, y en la escena yo tenía que separarlo de Mario Pasik, porque se estaban peleando. Para mí era todo nuevo, el micro ése que le llaman motorman, los exteriores. Antes nosotros grabábamos 12 horas al día en cambio ahora grabás tu parte y te vas. Grabamos la escena y Miguel Angel la para. Dice: “acá todo muy lindo, nosotros tenemos cuarenta y pico de ráting, tenemos los galancitos, somos famosos, (me agarra) pero éste que está acá, ¿saben quién es éste?. Este muchacho es más famoso que todos ustedes. ¡Es Palmiro Cavallasca, señores!. Todos aplaudieron. Ahí me empezó a picar el bichito. Lo hicimos, y en la escena le digo a él, “Todo bien señor Sánchez, pero mi hermana es fanática suya, ¿me daría un autógrafo para ella?”. Y él, fuera de libreto, me dice: “está bien te lo doy si vos me das el tuyo, porque mi hermana es fanática de Palmiro Cavallasca”.

G: ¿Había problemas en mencionar tu apellido en el aviso de Norte?
O: En ese momento la productora tuvo que pedir permiso porque los derechos los tiene la gente a la que la viuda de Santa Cruz les vendió los derechos. Al final les pagaron diez mil dólares sólo para poder decir “Palmiro Cavallasca”. A mí me dieron cinco mil. Después me encontré con el padre del que había hecho de mi hijo y me dice “a mi pibe le pagaron cinco mil dólares?. No sabés la vena que tenía…

G: También estuviste en “El Profesor Punk”
O: Sí, con Jorge Porcel. En la película, él grababa la misma escena varias veces pero con chistes diferentes y luego elegían uno. Cuando grabé con Miguel Angel Rodríguez también se hizo eso.

G: Y hace poquito en Todos contra Juan…
O: Sí, se emitió en dos capítulos mi participación. Allí hacía de Omar, no de Cavallasca. Si ahora me llamarían de algún lugar, iría. Ni siquiera preguntaría cuánto me pagan…
Luego nos mostró el álbum de fotos y recuerdos de Señorita Maestra. Varias junto a Cristina Lemercier, Cirilo y Meche. Nos muestra una ilustración que le hicieron.
M: ¿Sos conciente todo lo que tu personaje generó en la gente?
G: ¿Eras el más destacado, no?. Junto con Cirilo, claro.
O: Y, yo no lo voy a decir mejor decilo vos… (en eso entra un cliente). A ver señor:¿quién era más importante? ¿Cirilo o Cavallasca?
Cliente: ¡Cavallasca!

Y entre las risas finales, se nos pasó una tarde a puro mate y con un corazón que nos “hirvía” de emoción y nostalgia…
Gus
(Feliz año a todos, en http://elayervuelveami.blogspot.com/ la primera parte de esta nota)


23/12/10

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN


En los años «90 hizo furor la televisión por cable. Si bien ya existía en la década ochentosa, en la posterior se hizo más popular. No había mucho para elegir, pero uno hacía zapping fascinado con los sesenta y pico de canales, y siempre caía en Space o HBO Olé si quería ver una peli o en el querido Cablín para reírnos como niños que no queríamos dejar de ser.
Pero había lugar también para el romance en la tele. Y si a esto se lo combinaba con algo de suspenso, mucho mejor. Si bien hubo series que han tenido estos condimentos, pocas veces se ha visto una relación romántica tan fuerte y decisiva como fue la de La Bella y la Bestia.


La presentación de una serie que mereció un éxito mayor.

Si bien muchos conocen la historia a través de la película de Walt Disney, la serie realmente tenía mucha altura. Se realizó en 1987 pero recién a mediados de los '90 pudimos verla.


Catherine Chandler (Linda Hamilton) es una abogada muy inteligente y eficaz de Nueva York, que un día es atacada por una pandilla que la abandona muy malherida y golpeada. Allí entra en acción Vincent (Ron Perlman), para salvarla y llevarla a su casa.
Ahora bien, hasta aquí no debería llamarle la atención a nadie esta escena, pero hay dos detalles que muestran que Vincent no es una persona común y corriente, pues físicamente posee malformaciones en su cuerpo, teniendo su rostro rasgos marcados de león. El otro detalle es que "su hogar" se encuentra en una ciudad suberránea oculta a los ojos de todos los habitantes de Nueva York, y el camino para llegar a ella son unos inmensos y largos túneles.
Catherine, al ser salvada, cobra más fuerzas para luchar contra el crimen organizado de la ciudad, con lo cual la serie tiene una mezcla de romance con algo de acción. En tanto, a raíz de ese primer encuentro, el amor surge entre Catherine y Vincent, de una modo muy puro, y ambos comienzan a tener un vínculo telepático que le permite a uno saber lo que le pasa al otro y viceversa, más allá del colgante de cuarzo que él le regala a ella o la Rosa de Marfil que de algún modo también los une.

Banda de sonido de la serie con Vincent en la portada (gentileza http://labellaylabestia.webs.com/)

Los capítulos se desenvuelven con la trama del episodio, que comprende la historia que debe resolver Catherine, en donde por lo general cuando corre peligro llega Vincent a salvarla, y la relación romántica - física - platónica y real a la vez, que envuelve a los dos protagonistas.
Hay una gran simbología que encierra La Bella y La Bestia, y podemos (gracias a http://perso.gratisweb.com/soniacorral/BB/) enumerarla aquí:

El Mundo de Arriba: Representa el conciente y la mente despierta
El Mundo de Abajo: Representa lo contrario, el subconsciente, el mundo de los sueños, los instintos.
Laberintos: Los caminos para llegar al subconsciente
Padre: Representa al ser superior, al conocimiento y la sabiduría.
El colgante de cuarzo: Representa a la adivinación, a la intuición y a todos los poderes misteriosos del ser humano, que nos permiten conocer hechos, eventos y verdades como si pudiéramos ver a través del tiempo, del espacio y de las cosas. El cuarzo simboliza el espíritu puro y claro.

Es decir, la serie va más allá de los propios personajes, es un ejemplo metafórico permanente de conductas humanas que nacen de la unión de lo sentimental con lo racional.
Lamentablemente, luego de dos temporadas, por problemas personales Linda Hamilton debió abandonar el ciclo, con lo cual, toda la subtrama metafórica y profunda, se cayó a pedazos en la tercera temporada.
En esta ocasión, el argumento gira en torno a saber quién mató a Catherine Chandler. Vincent esta vez no llegó a tiempo, ella yace muerta en sus brazos y él la lleva, mirándola azorado, a la cama de su departamento para depositarla allí.
A través de esta muerte, se revelan algunos personajes, por ejemplo el fiscal de Distrito para el cual Catherine llegó a trabajar, resulta ser un elemento clave para su muerte. Se contrata a Diana, (Jo Anderson), una investigadora especial que llega a conectarse con Vincent, conocer su hogar a travéss de los túneles y lograr encontrar al fin al asesino de Catherine, que no resulta ser otro que Gabriel, (Stephen Mc Hattie), hermanastro de Vincent. Pero la serie pierde por completo su encanto ya que la ausencia de la protagonista corre a contramano de las temporadas anteriores.

Una perlita: Ron Perlman en pleno maquilaje (gentileza: http://labellaylabestia.webs.com/)

Lamentablemente, no hubo demasiadas reposiciones de La Bella y La Bestia, pero debemos decir que a nivel mundial ha sido convertida en una serie de culto. En las imágenes de todos los espectadores quedarán aquellos encuentros entre Catherine y Vincent en los túneles, aquellas noches de sueños y de realidades y sobre todo, una frase con la que se cerraba la presentación:
"Aunque no podamos estar juntos... nunca estaremos separados"
Los dejo con este video muy especial que resume gran parte de la relación entre Vincent y Catherine.




Gus


Publi Retro: Revista Anteojito en Revista Tv Guía (1985)
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